martes, 27 de octubre de 2009

Con la cabeza hacia la ventana



Mientras uno está inserto en el pasito aquel de los trámites, en la caminata desorientada pero premeditada, en las compras de la leche y lo demás para la semana, o en el tren Lüneburg-Hamburg, y por la ventana miras casi como buscando algo, buscando eso que sería algo digno de ser observado (o de ser narrado, que para estos menesteres da igual), y a cambio recibes rieles impecables en su trenza metálica que se pierde más allá de lo que mi precaria imaginación pueda tolerar, mi mirada va siguiendo enormes prados verdes que persiguen el camino, que se mezclan con graffities ilegibles (como para todo el mundo no graffitero), y por mis orejas suena desde mi mp3 "Mi vocablo lo divido en prosa /Jugosa pa ponerte las axilas grasosas/Llegó la araña que el idioma daña/La real academia yo se la dejo a España", de Calle 13, y comienza a vislumbrarse que estamos llegando al Hauptbahnhof, y no te das ni cuenta de que llevas los 30 minutos del viaje pensando tonteras, o cosas lejanas - que perfectamente pueden ser lo mismo - , y entonces puedo constatar que el día a día se está volviendo, lentamente, algo cotidiano. Gratamente cotidiano.

Curiosa situación, entonces, la de dar cuenta de este presente, tan tan tan normal. Pero, en realidad, para hacer justicia al término, y para hacer distinciones que tan útiles son (que tanto me gusta hacer, por joder no más) "normal" no es la palabra adecuada (lo que menos conozco son las normas alemanas, las institucionales, y las otras, las del sabio y demoledor sentido común). No es normalidad lo que definen estos días, sino que - más allá de cualquier dudosa analogía con cierto autorzucho que goza de popularidad en Gigantomaquia, el país de las fantasías - el sentimiento que sobreviene es el de la familiaridad. La familiaridad es lo que anda por ahí, por aquí conmigo. Se deja ver en la ceremonia del té que día a día practicamos Nicola y yo. Se deja ver en su mirada, ahí, acompañándome. En el círculo de amistades que nos rodea, que están ebrios de generosidad y amabilidad. En la sonrisa amplia y acogedora de la conversación de sobremesa. Y entonces, al carajo con que mi alemán sea como los gemidos de una foca quejumbrosa, poco exacto como puntería de epiléptico. Hoy es el tiempo del silencio (mi silencio), pero principalmente de la paciencia. Paciencia con las palabras, que con cuenta gotas llegan a mi boca. Ah... y la ciudad... muy linda. Esto no es turismo, señoras y señores.

P.D.1: Vielen Dank jedes der früheren Post. Der einzige Sinn dieses Blogs zu haben, sie versuchen, diesen Kontakt zu bauen - für heute - erforderlich. Sinceras y emocionadas gracias a cada uno de los anteriores comentarios. Así sin más, el único sentido de este blog es que aparezcan para construir esta tentativa de contacto - por ahora - necesaria.

P.D. 2: Foto 1, vista hacia la izquierda. Foto 2, vista hacia la derecha. Ambas desde la ventana de nuestra habitación.

8 comentarios:

Anónimo dijo...

Hallo Mauricio!
Welche Freude! Auch wenn ich nur die Hälfte verstehe, lese ich gerne
Deinen Blog. Ich glaube, es ist die Sprache eines Schriftstellers und ich höre den Rhythmus in den Bildern, auch wenn ich nicht jedes
Wort verstehe. Mach weiter. Allen, die es lesen, macht es Freude und für Dich ist es eine Reise und Reflexion.

Bis Sonntag
Carsten

manuel dijo...

Deber ser la raja tener esa vista sin que te despierten peleas de borrachos.
Pero parece ciudad playmobil.
¿A qué hora sacaste las fotos que hay tan poca gente?
Un abrazo.

Larry Carmona dijo...

Carsten:
Vielen dank für Ihre Worte. Dieses reisetagebuch möcht sich nur zu einer "Tagebuch" verwandelt.
Bis Sonntag!

Manuel:
Gracias por tus saludos. Ese "pero" de tu segunda frase, no lo entiendo. Las fotos las saqué, si mal no recuerdo, como a las 4 p.m. en un día de semana. El frío y la casualidad explican tu pregunta.
Un abrazo.

manuel dijo...

Lo de ciudad playmobil...
Pongo una foto para la comparación:
http://www.gardenwargaming.com/gallery/tamas2/images/1gwtownview.jpg

Esa tonalidad de las casas, el tipo de pavimentación, etc. Bueno, en ningún caso algo malo, pero mi falta de suárez-visión lo hace resaltar inmediatamente.

Un abrazo.

Mauricio dijo...

Jajajaja, Ay que me río con voh, Manuel. Un poquito de parecido. Aunque entenderás que lo que menos quiero es hacer odiosas comparaciones. Y con respecto a la suárez-visión, tu sabes, esas cosas corresponden al portentoso o precario imaginario de cada uno posee.
Un abratso.

Anónimo dijo...

Ja, ich glaube, es könnte ein sehr schönes Tagebuch werden.
Liebe Grüße
Carsten

Unknown dijo...

¡Hola Mauri! me gusto el paseo en tren desde Lüneburg a Hamburg y la pronta e inesperada llegada a la Estación Central (Hauptbahnhof),significando de que el viaje fué un verdadero paseo y aprendizaje (lamento - desde mi intolerancia graffitera - es que esos prístinos parajes hayan sido también intervenidos)....¡ah! y ten calma, que tu aleman más temprano que tarde será entendido por ellos y regresarás del silencio.
Un abrazo y un beso,
Guille (tu padre)

Puga dijo...

holq de gutenes.
me parece un lugar hermoso , diferente y sin nada que envidiarle a chile obviamente. dado que si no existiera la belleza en este pais yo no existiria... acaso miento?
me imagino las sensaciones que debes sentir al mirar por las ventanas y apreciar esas hermosas sillas con respaldo de medallon con las que un cafe de la calle invita a sentarce,me imagino lo que recive tu nariz al respirar un aire helado, me imagino lo que siente la nicola al verte mirar por la ventana y sin que te des cuenta te contempla con la felicidad de que estas en su habitacion , me imagino tantas cosas.
para mi otro pais, cualquiera que sea, sigue siendo un misterio, misterio que espero descubrir de la mano de quien tu ya bien conoces.
un abrazo y no les olvido he!!!